Saturday, May 17, 2014

casual

"Curiosidad casual"... A quién le importa. Y a quién le interesa el origen de mis modos o ellos en sí. A nadie le produce una rosa, ni un mísero pétalo que roce una mejilla (y veo los árboles y jardines verdes, más verdes que el amarillo redondo que se oculta detrás, el cabello marrón ondeado y la libertad en las lágrimas más hermosas) en esta inmundicia.

Hay aceite cubriéndome. Me sofoco tanteando mentalmente la banalidad de una crítica hacia algo tan carnal. No sé si todos usen máscaras y si, al quitárselas, serían más yo que ellos, pero no concibo sus formas. El aceite empieza a luchar por fluir-me como un río y las uñas de mi gata tocan los cajones de madera... ¿Qué soy? ¿Qué es de esta sustancia en decadencia y las horas que me han pasado por el hombro, los ojos y debajo de las piernas? Que algo cierto he escuchado en estas horas: me mantengo en una frialdad tan ridícula que mejor sería que fuese a morir, pero los miedos se han apoderado de mi reino de vida (una imagen de un libro con olor a viejo, celeste-verde y con historias de niños viola mis sesos). Que huyo al pasto solo idealmente, y me mantengo hecha un insecto, tragando desperdicios y bebiendo mi amargura. ¿Qué hago aquí? ¿Por qué no seguir, vaga o intensamente, con el juego? La tentación de competir, ¡qué tal pasatiempo! Sigo deseando que los relojes no existan sino solo el de un conejo blanco que me guíe, de algún modo, a otro mundo-

PD: Acepto conejos azules, también.

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